miércoles, junio 25, 2008

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Muy buenos días (tardes) niñas y niños…

Hoy colgamos en este vuestro blog la entrada número cuatrocientos noventa y nueve. ¡Zarabandas y algarabías!

Para celebrar tan magno evento (es decir, la inminente entrada quinientos), tiraremos el blog por la ventana y lo celebraremos por todo lo alto. Bueno, quizá no tanto, pero un par de cosas muy especiales sí que habrá, las cuales me propongo a explicar a continuación:

- La entrada nº 500 será algo totalmente distinto que requerirá de vuestros comentarios para que continúe la historia hacia unos u otros derroteros (incluso se podrá elegir quién va a continuar la trama, si Pedro o yo). Bueno, ya nos ocuparemos de esto cuando llegue… Que será lo que tarde en escribir la entrada, claro…

- El domingo día 6 de julio celebraremos en la cafetería-librería inglesa J&J una mini-fiesta para todos aquellos que quieran venir, aprovechando que ese día trabajo yo de camero allí. Os dejos los datos del evento:

Día: Domingo 6 de julio a partir de las 18:00.
Lugar: J&J Books and Coffee. C/Espíritu Santo, 47 (Metro Noviciado) Abajo del todo os dejo un hermoso planito...

Y poco más que añadir… Tan sólo me resta decir que, tanto el señor Garrido Vega como yo, estamos muy agradecidos a todos y cada uno de vosotros y vosotras que alguna vez habéis dejado vuestra huella aquí.

¡Gracias por todo y esperamos veros el domingo 6 (a los y las que viváis por Madrid, claro)!

(Pinchad sobre el planito para que se pueda ver algo medianamente decente)

Cayetano Gea Martín

Pedro Garrido Vega

lunes, junio 16, 2008

En la selva, la imponente selva


Los dos amigos se pararon a la vez, sin creerse ni por un desquiciado segundo lo que tenían ante sus ojos. Donde antes estaba su barrio ahora florecía una jungla tropical. Por doquier, enormes árboles extendían sus ramas plagadas de simios hacia el nublado cielo londinense. Un cerdo salvaje hozaba cerca de los pies de los dos atónitos vecinos.

El primero en reaccionar fue Mike, el mayor de los dos y el más dotado de flema británica. -Caramba, -comentó en voz alta, -creo que hoy no encontraremos abierto ningún pub donde poder ver el partido, Pete.

El nombrado aún permanecía en estado catatónico, por lo que apenas pudo balbucir algunas palabras inconexas. Simplemente, permanecía con los ojos como platos contemplando la imponente selva y sin poder ver ni rastro de los edificios o de las calles. Cierta cancioncilla se filtraba a través de su cerebro…

In the jungle, the mighty jungle, the lion sleeps tonight…

-Bueno, -suspiró Mike, -supongo que deberíamos intentar localizar nuestras casas, o lo que sea que se alce en su lugar, ¿no te parece?

Pete consiguió, al fin, hablar, y le respondió a su amigo: -No sé si es una buena idea, Mike. Creo que deberíamos volver al centro.

-¿Al centro? ¿Para qué?

-No sé, a lo mejor allí alguien sabe qué está pasando. Quizá en este momento estén dando por televisión algún tipo de reportaje sobre lo sucedido.

-Vamos, vamos, Pete. Sabes tan bien como yo que las cadenas de televisión tienen ya suficientes noticias con el fútbol, la familia real y la inmigración.

Mike comenzó a adentrarse en la jungla antes de que su amigo pudiera replicarle. A regañadientes, Pete le siguió.

A los diez minutos habían llegado a donde, en teoría, debería comenzar su calle. Allí no había ningún rastro visible de civilización. Solamente árboles y más árboles que formaban un impenetrable muro verde. Algo rugió. Algo que le sonaba a Pete muy grande y muy cercano. La condenada canción no se le quitaba le la cabeza…

Near the village, the peaceful village, the lion sleeps tonight…

-Hum, -murmuró Mike, -esto es bastante inusual.

-¿No has oído nada? -Dijo Pete en asustado tono a su amigo.

-Sí. Debe ser ese perro de la vecina. Alguien debería decirle a esa vieja cacatúa que educase mejor a su maldito chucho.

-¿De qué demonios hablas?, -respondió Pete al borde de la histeria, -¿No te das cuenta de que es el rugido de un león?

-Eso es totalmente imposible, amigo mío. Por dos razones categóricas: no hay leones ni en Inglaterra ni en las selvas.

-¡Me da igual!, -chillo su compañero, -¡Me da igual! ¡Joder, Mike, hay un puto león ahí fuera!

-Ya te he dicho que eso es impos…

El león que surgió atravesando la floresta cortó su perorata. Los dos amigos se quedaron paralizados, aunque Mike fue capaz de decir: -¡Vaya, esto es realmente…

Nuevamente no pudo terminar la frase, aunque esta vez fue porque el león corrió hacia él y clavó las fauces abiertas en su desprotegido cuello. Mike intentó zafarse de su cazador, pero sus fuerzas mermaban a increíble velocidad. En apenas diez segundos dejó de patalear y expiró.

El león soltó a su presa, y clavando sus ojos felinos en el cuello del inmóvil Pete, fue acercándose poco a poco hacia él.

Antes de morir, le pareció que la bestia, con la boca y el hocico embadurnados de sangre, tarareaba para sí otra estrofa de la canción…

Hush, my darling, don't fear, my darling, the lion sleeps tonight…
Cayetano Gea Martín

martes, junio 10, 2008

Basado en hechos reales (me temo)

- ¿Ánde dices quemos quedao?
- En la INN, como siempre, ¿ande coño quiés que vayamos, si no?
- ¡Siiiií! Amos a la INN. ¡Qué putas ganas tengo de bailar, joder!
- Buah, y yo mazo, ¿qué te crees?
- Está que te cagas.
- Mazo.
- Has cambiaoooo mi viiida corasoooón…
- ¡Vamos a la INN, coño!
- Ej que mira que está guapa, chaval. A ver si vemos al tío aquel…
- Ja, si ej que eres una zorra, tronca.
- ¡Mira quién habla! ¡La que no se lía con tós loj que ve, no te jode!
- Eres una peazo de puta, ¿sabes?
- ¡A ver a quién llamas tú puta, cacho guarra!
- ¡Anda, cómemel coño!
- ¡Zorra!
- ¡Puta!
- Paso de ti. Quinsoportaaable es el dolooor que me desgaaarra el corasooón…
- Dale, dale… ¡A la INN!
- Bueno, va, ¿pero has quedao con alguien o no?
- Que sí, joder. He quedado con la Loli, la Marta y la Pili.
- Buah, qué mal me cae la Pili. Le va diciendo a todol mundo que yo me lié con el Carlos, tronca.
- ¡No jodas!
- Ya ves.
- Qué fuerte.
- Mazo.
- Bah, pasa de ella, questá loca.
- ¡Ja, ja, ja! Sí, como una puta cabra está la muy cabrona!
- Qué fuerte, tía.
- Mazo.
- Yo la i invitado porque me lo ha pedío la Loli, si no de qué.
- Nosajodío.
- Ej que se ve que la Pili la invitó a su cumple y claro… Ahora stá obligá a sacarla de paseo.
- Pos como me toque mucho los cojones la pego dos ostias, que me tiene hasta los güevos la muy gilipollas.
- Nah, tranqui. Si es una sopas. Se toma dos cubatas y se queda sobando en el sofá.
- No vale paná.
- Macuerdo yo en la fiesta del Jorge, que stabamos tos de puta madre y va la tía y se queda sobá en el suelo.
- No jodas. Menuda pringá.
- Ya te digo.
- Mazo.
- Ya ves.
- Buah, pos yo me puse hasta el culo. Me bebí dos botellas de Yak Daniels pa mi sola.
- ¡Jo, eres una puta borracha!
- ¡Mira quién habla aquí!
- Yo no bebo tanto, tía.
- ¡Bah que no! ¡Estabas mazo de pedo el finde pasao!
- Eso fue por el cabrón del Miguelito, que mechó una pasti en el vaso. Quijo puta…
- Pos espero que venga hoy y se pase algo…
- Qué va, es mazo de raro.
- Ya te digo.
- Pero mazo.
- Tú me camelaaas…
- Deja de cantar, zorra, mira cómo te mira la puta vieja esa…
- ¿Quién coño?
- Sí, joder, la vieja esa…
- ¡Tú, puta vieja! ¿Qué cojones estás mirando? ¡A ver si voy a tener que partirte los morros, puta!
- ¡Ja, ja, ja!
- ¡Ja, ja, ja!
- No te jode, la vieja. ¡Ojala se muera de una vez! ¡Mal fin tenga!
- ¡Ja, ja, ja!
- ¡Ja, ja, ja!
- Joder, ¡ja, ja, ja!
- Aaa vuetto a llamaaarmeeee y nosé caceeeer…
- Esa canción mola mazo, ¿es del último, no?
- Sí, está que te cagas…
- Mola mazo.
- Ya te digo.
- Es la caña.
- Ya ves.
- Mola.
- Mazo.

Cayetano Gea Martín

miércoles, junio 04, 2008

Jesusito de mi vida


Jesús, Cristo o Jesucristo, como se prefiera, resucitó hace una semana en la Plaza de Olavide. Lo primero que hizo fue renovar su vestuario con la ropa más moderna que pudo encontrar en las tiendas de la calle Fuencarral. Más tarde, en una peluquería étnica trenzaron sus guedejas en hermosísimas rastas. Comió en un restaurante muy cool por Virgen de los Peligros, se compró el último disco House y cambió su corona de espinas por un Aston Martin.


Ese mismo día, al anochecer, salió con un spray a tachar todas las infinitas representaciones suyas que había por Madrid. Por la mañana, y a pesar de su divino poder, se encontraba exhausto. Se preguntó si Buda tuvo que luchar tanto también cuando decidió lavar su imagen.


Cayetano Gea Martín

lunes, junio 02, 2008

Efemérides

Hoy he cumplido veintinueve años ya… madre mía qué rápido se me está pasando esto que se llama vida. Menos mal que mi careto sigue siendo el mismo y que, básicamente, me sigue gustando lo mismo que hace nueve años. Amén de la consabida partida de regalos, claro está. Aunque, por una vez, quiero ser yo el que regale en mi cumpleaños. Ahí os va la lista. Sólo vale escoger uno y en función de la edad:


Señales de humo para los bebés de inocencia a flor de piel rosada.

Ecos de vida para los niños que aún tienen estrellas en el pelo ensortijado.

Sueños prófugos para los adolescentes adormecidos en sus masturbaciones.

Besos fraternales para los jóvenes que alzan sus puños y desafían a los gigantes.

Saludos cordiales para los de la edad perfecta que siguen sin encerrar bajo siete llaves a Peter Pan.

Enjambres de vino tinto para los maduros que han visto naves ardiendo más allá de Orión.

Miríadas de libros para los que frisan la edad de mis padres envueltos en los restos del muro de Berlín.

Píldoras de eternidad para los veteranos de las guerras del alma.

Besos y abrazos para todas y todos.


Cayetano Gea Martín (soplando 29 velas)